"Existen más de 20.000 especies de abejas, y todas ellas conviven en maravillosa armonía." El bello mensaje de Estibaliz Urresola.


El cine evoluciona al mismo tiempo que la sociedad evoluciona. 


Cada vez son más las películas que hablan de temas que conciernen a nuestra época. Hemos dejado de lado la nostalgia, (y menos mal) por esas películas que han marcado un antes y un después, pero que la trama ya no tiene que ver con los valores morales y las historias que rigen nuestra sociedad. Vamos a darle una fortuna a que ya no estamos adictos a esas historias de amor convencionales en las que la mujer es una histriónica y el hombre un calzonazos. Ahora, nos abrimos paso a nuevas experiencias, a nuevas formas de pensar... y lo más bello de todo: el público lo recibe con los brazos abiertos.




LA CUESTIÓN DEL ASUNTO

Podríamos hablar como conservadores y con palabras clasistas sobre lo que significa para nosotras 20.000 especies de abejas. Podríamos utilizar palabras en desuso, para darnos de intelectuales y también palabras y frases que están escritas para el gozo de quien las escribe y no para el espectador que las lee. Pero nosotras no queremos perder la esencia de esta película, que nos habla de la dificultad que tiene este mundo para cambiar la perspectiva de la vida. Así que vamos a dejarnos de palabras cultas, oraciones de petardos y petardas y vamos también a evolucionar en el lenguaje, tal y como la película ha evolucionado con su trama.

¿De que trata 20.000 especies de abejas? Pues es fácil narrarlo; aunque seguro no vivirlo. 

A Aitor, no le gusta que le llamen Cocó. Ahí empieza todo. Su familia no lo acepta, pero él continúa autodescubriéndose, en una sociedad cuyos valores y roles están más que determinados. En todo este proceso aparece la aceptación por parte de sí mismo y de la familia, que se encuentra reticente a la verdadera identidad de Aitor, quien también ha tenido que madurar mucho antes que otros niños y niñas de alrededor. En este último punto es en dónde nos vamos a parar.

20.000 especies de abejas nos ha enseñado que hay quienes deben madurar antes por una sociedad que no respeta. Pero este respeto también busca su explicación. Lo bello de esta película es que no critica a quienes no comprenden, sino que le da una explicación que permite, al menos en la historia de Cocó, resolverse con honestidad. Y tranquis, ya sabéis que no hacemos spoilers. La cuestión de como se resuelve es vuestra. 




LA NARRATIVA: EL PANAL DE ABEJAS.

A lo largo de la película Cocó se escapa al apiario de su tía. En el medio del bosque, la tía Lourdes se dedica a la apicultura y allí pasa las horas con un montón de abejas. El trasfondo que hay detrás de la apicultura, ha sido analizada por muchos críticos y críticas de cine. Nosotras, desde nuestra más profunda sinceridad, creemos que relacionarla con la película de Víctor Eríce "El Espíritu de la Colmena" Es un error. Y vamos a explicaros por qué.

Fragmento. El espíritu de la Colmena. (1973) Víctor Erice.

En El espíritu de la Colmena, el personaje principal se siente tan perdido como Cocó. La colmena de abejas, que aparece al final de la película, parece ser una metáfora ideológica y no una metáfora emocional. Creemos que la escena final de la colmena en la ventana de El Espíritu de la Colmena conlleva más una carga política, que habla de los valores morales y la ideología política y de como se podría convivir en una jerarquía, cuando existen las abejas obreras y las abejas reinas. En 20.000 especies de abejas el horizonte está mucho más abierto y no existe una causa política en su expresión visual; sino que es más una vinculación emocional que Cocó ha tenido. Es una reflexión de la propia Cocó, ayudado por su tía Lourdes: "Existen más de 20.000 especies de abejas, y todas ellas conviven de igual forma." Aquí no se habla de jerarquías ni hay una conexión política; sino más bien, hay una conexión casi espiritual con la identidad de Cocó y el panal de abejas.

 





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